El clúster es sin duda el instrumento adecuado para generar confianza entre sus miembros, discutir estrategias en grupo y ejecutar acciones coherentes con esas estrategias.

 

Se trata de agrupaciones de empresas que comparten un negocio común (el turismo), que cuentan con el apoyo público necesario para impulsar proyectos de interés (instituciones públicas y centros de conocimiento), y con una mínima estructura para la coordinación y facilitación de proyectos.

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Es una estructura abierta permanentemente al cambio y, a diferencia de los clubes de producto (asociaciones verticales), abierto a todos los agentes del Cluster natural que tengan algo que aportar (todas las empresas de la cadena de valor del turismo).

 

Es importante destacar que, en ningún caso, es un punto de venta entre proveedores y clientes; es un punto en el que tanto proveedores, como clientes trabajan conjuntamente para generar ventajas que redunden en la mejora de la competitividad de todos los participantes en los proyectos.

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